Tomar decisiones es algo cotidiano, desde el momento en que decidimos que pantalones, que zapatos que camisa usaremos hoy. Podríamos llamar a éstas últimas decisiones sencillas...
Existe otro tipo de decisiones un poco más complicadas, como cuando decidimos la mejor respuesta posible a un problema escolar o un caso práctico, que el hecho de tomarlas implica el riesgo de ser afectados de alguna forma.
Pero precisamente éstos días me he visto asediado por el halo que me ha dejado tomar una decisión, que como ser humano me ha hecho crecer bastante, porque me deja muy en claro la actitud con la que tomo mi vida, me confirma que mi ideología no se queda en ser eso... sino se convierte realmente en una forma de actuar.
Lo más difícil es lidiar con las personas allegadas a tí que no comprenden por la razón que sea la decisión que has tomado, pero lo más interesante y gratificante es cuando a pesar de la crítica sobre tu decisión te mantienes firme en ella. Por que no importa si los demás la entienden o no, no importa si te consideren un tonto, no importa el eco que genere tu decisión, porque ya ha sido tomada, y es cuando te das cuenta que vas madurando, que creces como persona, que crees en tí... a pesar de cualquier cosa.
A pesar de que mi decisión me ha repercutido en cien horas más de trabajo, realmente no me molesta, porque lo más importante es que me siento bien conmigo y no hay nada mejor que eso.
Después de compartir con el mundo cibernético estas ideas, sentires y alegrías... a bastante tiempo de no postear, me despido deseando que quien llegue a leer estas palabras, se sienta motivado a decidir lo que reamente quiera, sin pensar en lo que los demás opinen de su decisión.
Un saludo y gracias a tí, que leiste mis ideas.